“Cuando la gente lo supo, lo siguió; y él los recibió, les hablaba del reino de Dios y sanaba a los que necesitaban ser curados.” (Lucas 9:11)
- Los 12 regresan de predicar el reino y Dánae enfermedades... y ahora viene mas gente.
- Cristo les habla DEL REINO DE DIOS... y los sana.
- Pero aquí algo extraordinario sucede, aún más que una sanidad o una liberación... esto requiere de un milagro.
- Había tanta gente si comida, en un lugar aislado.
“Él les dijo: —Dadles vosotros de comer. Dijeron ellos: —No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.” (Lucas 9:13)
- Los discípulos apenas habían regresado de predicar el reino, Dánae enfermedades y expulsar demonios, pero no tenían fe para esta situación.
- De hecho, lo que dicen es lo que creen y vean: NO TIENEN MÁS QUE...
- Cristo ya les había DADO poder y autoridad... pero frente a este situación su incredulidad los sacó de onda y ya regresaron al reino de la carne, no la de Dios.
¿¡Cuantas veces hacemos lo mismo!? Tenemos fe para ciertas cosas, pero cuando llega una situación, una necesidad un poco diferente, un poco más grande de acuerdo a nuestra estimación, ya el reino no es suficiente, ya Cristo no puede, y ya pensamos que no tenemos nada.
Los discípulos, frente a una situación difícil, se les olvidó lo que ya tenían. Cristo les estaba dando la oportunidad de hacer el milagro ellos mismos, porque si tenían el poder y la autoridad para poder hacerlo. Pero optaron para fijarse en sus limitaciones, en la carne, en vez de ver en el Espíritu.